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miércoles, 5 de agosto de 2015

SAN MARTÍN Y MILLER EN LA CAMPAÑA DE ICA, PALPA, CHANGUILLO, CAHUACHI Y ACARÍ DEL 5 AL 8 DE AGOSTO DE 1821


SAN MARTÍN PROTECTOR DEL PERÚ PROMOVIÓ  A MILLER A CORONEL POR LA ATREVIDA CAMPAÑA REALIZADA EN ICA, PALPA, CHANGUILLO, CAHUACHI Y ACARÍ, LLEVADA A CABO DESDE EL 5 DE AGOSTO AL 8 DE AGOSTO DE 1821 Y EL MISMO DÍA SAN MARTÍN LE ENCARGO LA ORGANIZACIÓN DE LA "LEGIÓN PERUANA DE LA GUARDIA".

MILLER TOMÓ LA RESOLUCIÓN DE REGRESAR DE PALPA A ICA, DESTACANDO ANTES LOS CAPITANES PLAZA  Y CARREÑO CON 23 JINETES, ÚNICOS QUE TENÍAN CABALLOS DE REPUESTO.



Por Miguel Angel Bayona Elías. Delegado del Instituto Sanmartiniano del Perú Filial Palpa en Argentina.

El día 3 de agosto de 1821. Cumpliendo las órdenes de San Martín expedidas el día anterior, la división de Arenales abandonó la quebrada de San Mateo y entra en Lima en esta fecha, siendo recibida con grandes demostraciones de aprecio por sus habitantes.

En tal forma, el Ejército Expedicionario Libertador del Perú se hallaba completamente concentrado en la capital del Virreinato.

De Chongos, el ejército real continuó su marcha a la Oroya, con el fin de amenazar a Arenales, que se suponía se dirigía a Cerro de Pasco, como para darse la mano con el Virrey la Serna, pues de acuerdo a lo convenido en Lima entre ambos el segundo escalón del ejército real debía dirigirlo por la quebrada de Huarochiri.

Al llegar Canterac a la Oroya se enteró de que la Serna  había partido de Lima el 6 de Julio, internándose por Yauyos, y entonces Canterac, regresó a Jauja con el fin de acelerar la reunión que se verificó el 04 de Agosto. Se concentraron 4.000 soldados.

El día 5 de agosto de 1821. Los patriotas de la división Miller llegan a Ica, en persecución del coronel Santalla que mandaba 200 hombres: Soló 3 horas descansaron aquéllos en Garganta – punto a 2 leguas más allá de Ica – y prosiguieron su marcha en dirección a Changuillo, 16 leguas distante, a donde llegaron el día 7 a la noche, cortando la retirada a Santalla por el camino de Palpa a Arequipa; apercibido el último de la aproximación de los patriotas.

El día 8 de agosto de 1821. Se puso en precipitada fuga en dirección a las montañas, pero el infatigable Miller se había puesto de acuerdo con los indios moruchos, que se levantaron en masa, y las laderas y cúspides de las montañas se cubrieron de salvajes, resonando en toda la región sus gritos de guerra y sus aullidos espantosos.

El Coronel Santalla trató de escapar por el camino que va a Huancavelica, para evitar los enemigos que habían surgido a su frente.

En Coparí (Acarí), 7 leguas distante de Palpa, tuvo lugar una corta escaramuza, en la que perdieron la vida algunos realistas y se les capturaron 70 ú 80 prisioneros; trepando el resto de una montaña de difícil escalamiento que los patriotas no pudieron escalar por su extremo cansancio, regresando a Palpa por el mismo camino por el que habían avanzado.

Miller tomó la resolución de regresar de Palpa a Ica, destacando antes a los capitanes Plaza y Carreño con 23 jinetes, únicos que tenían caballos de repuesto.

Estos dieron con un pelotón de 96 españoles, en Caguachi, (Cahuachi) 3 leguas de Nazca, los que se hallaban profundamente dormidos dentro de un corral, siendo sorprendidos por el capitán Plaza: En la descarga que hicieron los patriotas mataron 12 enemigo e hirieron otros tantos, quedando prisioneros el teniente coronel Rada, 15 oficiales y 65 soldados.

Santalla que se hallaba durmiendo a cierta distancia de su tropa, al sentir los disparos, se puso en fuga con algunos acompañantes; a pesar de la maña que se dio para huir desde Caguachi (Cahuachi) a Arequipa, haciéndose pasar por oficial francés al servicio de los independientes, en Chaparra fue reconocido y los habitantes del valle se apoderaron de él, y se aprestaban a aplicarle la última pena, pero las lágrimas de la mujer de Santalla – que estaba por dar a luz en esos días – y unió a sus súplicas un reparto liberal de dinero entre las gentes más pobres del pueblo, salvaron la vida del ex –colaborador de San Martín para entregar la fortaleza del Callao.

Terminada su atrevida campaña, el teniente coronel Miller despachó su tropa a Lima por mar, mientras él viajó por tierra para el mismo punto, donde el general San Martín lo promovió a coronel y le encargó la organización de la “Legión Peruana de la Guardia”

El día 06 de agosto. San Martín había escrito  al Director O’Higgins en forma oficial haciéndole saber que ha asumido la autoridad suprema del territorio que ocupaba, con el título de Protector hasta la reunión de un congreso soberano de todos los pueblos, “en cuya augusta representación depositaré el mando – dice – y me resignaré a residencia”.

Destruir para siempre el dominio español en el Perú y poner a los pueblos en el ejercicio moderado de  sus derechos, es el objeto esencial de la expedición libertadora. Más es necesario purgar esta tierra de la tiranía y ocupar a sus hijos en salvar su patria antes que se consagren a las bellas teorías y que se dé en el tiempo a los opresores para reparar sus quebrantos y dilatar la guerra.

Tal sería la consecuencia necesaria de la convocación de asambleas populares o de colegios electorales, si de este origen hubiese de emanar en las presentes circunstancias el poder central y reorganizador, porque habiendo gravitado sobre el Perú la fatal educación colonial del gobierno español, no puedo prometerme aquí diversos efectos de los que por igual principio hemos llorado en otros pueblos  de la América.

Al formular tan categóricas declaraciones, San Martín estaba perfectamente dentro del espíritu de las instrucciones que se le habían entregado por el Supremo Gobierno de Chile, el cual, al poner al almirante Cochrarne bajo las órdenes del Generalísimo, le expresó que el objeto de la expedición era “extraer al Perú de la odiosa servidumbre de la España, elevarlo al rango de una potencia libre y soberana y concluir por este medio la grandiosa obra de la independencia continental de Sud América”.

El día 7 de agosto de 1821. Lord Cochrane escribe una extensa carta al general San Martín en la que le formula una serie de observaciones con relación a su encumbramiento como Protector del Perú. 

El día 9 de agosto de 1821. San Martín expide un decreto declarando abolido en el Perú el régimen constitucional de España.

San Martín contesta a Cochrane su carta del lunes 7 de Agosto, cuyo comienzo dice: "La mejor prueba de amistad que podría desear de usted es la explicación sincera de sus sentimientos respecto al camino que debo seguir en mi nueva posición política. Usted ciertamente no se ha equivocado cuando bajo el título de Protector no ha esperado algún cambio en mi carácter personal. Felizmente la alteración sólo ha sido en un nombre, que en mi sentir reclamaba el bien de este país y si en la elevación que usted me ha conocido siempre ha encontrado en mi docilidad y franqueza, habría sido un agravio de parte de usted a mi individuo, negarme ahora confianzas que le escuchado siempre con agrado como de un hombre ilustrado y de experiencia en el gran mundo; mas ya que usted me ha hecho justicia me permitirá algunas observaciones sobre el espíritu de su última carta.

Y a continuación le contesta uno por uno cada punto de los que contenía la carta de Cochrane, y con referencia a los sueldos atrasados y premios, le dice que se ocupa en el día de reunir los medios para satisfacerlos. San Martín se declara dispuesto a abonar los $ 50.000 de gratificación por la toma de la "ESMERALDA" y el año de sueldo de gratificación que había ofrecido, y que no solamente está dispuesto a cubrir ese crédito, sino también recompensar a los bravos marineros que me han ayudado a libertar al país. Pero debo reconocer Milord  que los sueldos de la tripulación no están en igual caso y que no habiendo respondido yo jamás de pagarlos, no existe de mi parte obligación alguna. Esta deuda pertenece al gobierno de Chile de cuya orden se enganchó la tripulación. 

En la comisaría de aquel Estado deben existir los cargos oficiales y marineros y en el respectivo ministerio el rol y sus alcances y aunque suponga justo que en la escasez del erario de Chile se le indemnicen del algún modo sus gastos expedicionarios, ésta será para mí una agradable atención pero de ningún modo reconoceré el derecho de reclamarme los sueldos vencidos. (1)

En sus "memorias sobre los principios políticos que seguí en la administración del Perú y acontecimientos posteriores a mi separación", Monteagudo señala que:
Los jefes del Ejército saben que que cuando llegamos a Pisco, exigimos del general San Martín el sacrificio de ponerse a la cabeza de la administración si ocupábamos Lima, porque creímos que este era el medio de asegurar el éxito de las empresas militares. él se resignó a esto con repugnancia y siempre por un tiempo limitado.

Esta versión está confirmada en la carta que el Libertador dirigió a O''Higgins, el 10 de agosto de 1821, y que reproduce el historiador Chileno Vicuña Mackenna: "Los Amigos me han obligado terminantemente a encargarme de este gobierno: he tenido que hacer el sacrificio, pues conozco que de no ser así, el país se envolvía en la anarquía. Espero que mi pertenencia no pasará de un año, pues usted, que conoce mis sentimientos, sabe que no son mis deseos otros que vivir tranquilo y retirarme a mi casa a descansar". (2) 

(1) Jacinto R. Yaben, Libro, Efemerides Sanmartinianas, Tercera Edición, paginas: 173,174,175, 176, 177,178 y 179. Comisión Nacional de Homenaje al Bicentenario del Nacimiento del General D. José de San Martín.  Instituto Nacional Sanmartiniano - 1978.


(2) Felipe Pigna, Libro, La voz del Gran Jefe, Vida y pensamiento de José de San Martín, Tercera Edición, Marzo 2015, Editorial Planeta.